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martes, 21 de diciembre de 2010

juegos y juguetes para perros

Cada vez está más de moda que los perros tengan juguetes; en las tiendas hay una gran variedad; muchos dueños gastan cantidades nada despreciables de dinero en ellos y a veces no consiguen lo que desean. He trabajado en criaderos con decenas de perros y cientos de juguetes, y puedo compartir algunas ideas al respecto...

Ningún perro necesita muchos juguetes, 2 o 3 suele ser suficiente; si le dan a escojer a un perro promedio entre (literalmente) cien juguetes, difícilmente juegue con más de 2 o 3. Un perro necesita al menos un juguete duro y otro blando, como mínimo; adicionamente alguno que haga ruido puede ser bueno, más es innecesario, a veces contraproducente.

Los jueguetes duros son necesarios porque muchos perros se entretienen mordiendo cosas duras, así limpian sus dientes y encías, desfogan fuerzas y tensiones y se entretienen por mucho rato. En general un juguete duro es ideal para cuando un perro ya corrió o hizo su ejercicio diario; así, mientras está recostado y descansa bien puede jugar solo con su juguete. un juguete duro por excelencia es un hueso de vaca de femur, en Perú se llama manzano, o bien una carnasa.

Los juguetes blandos, son necesarios porque es virtualmente imposible jugar con un perro y su juguete duro. Los perros disfrutan de jugar jalando cosas y si sólo tiene su hueso será sumamente incómodo jalarlo. Una toalla vieja enrollada es ideal para jugar con el perro, es ideal que al menos sea más larga que el doble de la cabeza del perro (para que el perro pueda morder y uno agarrar bien el otro extremo) y que sea moderadamente gruesa. La ausencia de este tipo de juguetes es responsable de que muchos perros destrocen las alfombras o cortinas.

Además, los juguetes con ruidos pueden ser útiles, porque muchos perros se entretienen más con el sonido, pero a una cantidad importante de perros no les agradan. Las pelotas de tenis o béisbol, son buenas porque la mayoria de perros medianos (digamos de 20 a más kilos) puede cogerlas con sus bocas y traerlas como parte del juego.

Jugar con los perros es importante, porque los relaja y a la larga evita que hagan cosas que resultan desagradables; un perro con una rutina de ejercicio y juego adecuada, difícilmente tendrá tiempo o ganas de dañar la casa. Antes de corregir a un perro por dañar la casa, deberíamos asegurarnos de que está jugando al menos una vez al día 15 min y ejercitándo una vez al día 30 min.

Idealmente, en cada semana, se debería incluir al menos 3 tipos de juego alguna vez:

El juego de tirar la pelora y recogerla; es un buen juego (en especial para las razas de caza) porque los cansa y entretiene mucho; en perros pesados o bien los bulldog no es muy recomendable porque el perro se esfuerza demasiado.

El juego de jalar el trapo o la toalla; es un juego que "relaja" mucho al perro. No es recomendable usarlo todos los días (excepto en bulldog o perros obesos) porque hace que el perro tenga más "presa", es decir más impulso por morder cosas.

El tercer juego es hacer que te alcance; evidentemente es el juego que necesita más resistencia física, pero es ideal para que el perro socialice y contrarresta los efectos del juego anterior. Los perros son fáciles de "esquivar" porque se suelen adelantar, si el perro tiene mucho físico, se puede complementar tirando la pelota o el juguete, es ideal cargar siempre más de un juguete.

Idealmente, todo cachorro de hasta 4 meses debería jugar con alguien 15 minutos 3 veces al día; luego mientras el perro crece se puede bajar la cantidad de ejercicio.

lunes, 20 de diciembre de 2010

primeros pasos...

Es común que los perros chiquitos sean inquietos y que sus dueños quieran enseñarles muchas cosas muy pronto; desafortunadamente no siempre es bueno; hay algunas cosas que los perros pueden aprender antes de los 4 meses y otras que no deberían aprender hasta cumplir esta edad.

Los tres entrenamientos básicos son muy simples, un perro podría entenderlo desde los 3 meses, incluso algo menos, pero no es bueno ponerse a enseñarlos antes ¿por qué? porque el entrenamiento requiere atención y, eventualmente, castigo. Un perro muy pequeño se puede distraer, orinar, asustar, cansar, frustrar o intimidar muy fácilmente. Si se le enseña y pasara alguno de estos eventos, será contraproducente; la mayoría de las personas sin especialidad, no podrán ver que el cachorro está frustrado o asustado hasta que ya es demasiado tarde y el perro tiene algún trauma, nada serio, pero que si se suman unos tras otros, complicarán el aprendizaje posterior.

Los perros deben separarse de su mamá entre los 45 y 60 días; antes es posible, pero no es buena idea. Cuando llegan a su casa nueva, es recomendable que lleguen en un momento en que toda la familia tenga tiempo, para que el perro conozca a todos. Luego hay que enseñarle su lugar: el lugar del perro es donde come; es su sitio de mayor "querencia" y su último refugio. Los primeros 2 o 3 días, no hay que preocuparse demasiado si ensucia por toda la casa. Sucede que el cambio de alimento les altera el estómago y auqnue queiran no pueden controlarse bien, luego de eso hay que enseñarles:

A comer en orden: sólo eso, en un horario fijo, se le da la comida por unos minutos y luego se le quita; si no comió es problema de él, es mejor que pase hambre un par de veces a que no se haga un horario. Un perro de 3 meses debe comer 4 veces al día, uno de 4 meses, 3 veces al día, hasta los 6 meses 2 veces al día y luego 1 o 2 veces al día, según lo que disponga la familia. El horario y lugar de alimentación es lo primero que debe aprender.

A ensuciar en su lugar: Los cachorros suelen ocuparse poco después de comer, en los primeros días, es fácil ver cuanto se demora en ensuciar, luego de comer. Cuando ya tenga su horario definido, hay que esperar a que coma y llevarlo al lugar donde se quiere que ensucie, pronto no se va a aguantar y va a ensuciarse, luego de eso se le premia y se le deja ir. Hay que repetir este procedimiento al menos un par de días sin preocuparse si ensucia en otro lugar. Sólo después de esto se le puede reprender si no ensucia en su lugar: mucha gente le pega a los perros sin haberles enseñado, esto, agrava el problema. Finalmente, los cachorros suelen orinarse por la emoción, esto también debe controlarlo y es sencillo: si el perro se emociona porque alguien llega a casa, la persona debe ignorarlo y dirigirse hasta el lugar donde debe ensuciar (preferentemente dejar sus cosas en un lugar inaccesible al perro de camino), y sólo cuando estén allí. Siempre con calma.

A conocer a su familia: generalmente los perros se identifican más con alguien es especial, esa persona debe enseñarle lo anterior, que un perro suele aprender en 15 días. En este tiempo, si los demás lo ven haciendo algo malo, lo mejor es ignorarlo, o a lo mucho cargarlo y dejarlo en otro lugar. Pasados estos días el perro, debe aceptar la autoridad simbólica o "rango" de todos en la familia. Idealmente, el perro debe tener un tiempo para que todos jueguen con él y le den de comer al menos alguna vez. Luego de ese tiempo, el perro probablemente ya se sienta seguro en su nueva casa y es el momento ideal para corregirlo si gruñe, muerde o es agresivo sin necesidad; las más de las veces basta alzar la voz o bien empujarlo. Los golpes no son necesariamente malos, pero es más efectivo y menos dañino (de hecho un mal golpe lo puede dañar) empujarlos o arrastrarlos un poco.

martes, 7 de diciembre de 2010

Miedo y agresividad

Si un caballo se asusta, su primera reacción es salir disparado; puede dar algunos brincos y soltar algunas patadas, pero es poco probable que las patadas sean peligrosas, la primera intención es huir no atacar. Esto sucede porque en la naturaleza los caballos son presas; es muy improbable que puedan hacer daño a sus depredadores, aquellos que lo intentan tienen menos posibilidades de sobrevevir que aquellos que huyen. Así, aunque parezca descabellado, no es una "mala" estrategia asustar a un caballo para entrenarlo; al menos no es especialmente peligroso.

Los perros, en cambio, son depredadores; sus mayores niveles de "miedo" se dan justo antes de atacar. Así que para los perros la agresividad y el miedo suelen ir juntos, o al menos así ha sido durante buena parte de su evolución. Un perro asustado puede convertirse rápidamente en un perro agresivo o peor, en uno peligroso, lo que es más: no tiene ningún sentido asustar a un perro para entrenarlo, a menos que se desee y se tenga la habilidad para trabajar con un perro potencialmente agresivo.

El miedo se detecta en varias actitudes de los perros y en general está muy asociado con la inseguridad; un perro que ladra a todo, que se acerca a cualquier visitante agresivamente pero que al menor movimiento de este se aleja, un perro que no puede echarse apasiblemente en cualquier lugar o que está dando vueltas alrededor de su amo en lugar de investigar calmadamente su entorno, es un perro asustado.

El mejor remedio para la inseguridad es la socialización; un perro que ha probado muchas personas, lugares y situaciones y siempre ha salido airoso, es un perro que en general no tiene porqué tener miedo. Recomiendo entrenar a partir de los seis meses para poder dedicar más tiempo, en estos seis meses a volver psicológicamente fuerte al perro; en seis meses, hay tiempo de sobra para que conozca muchos lugares, se quede a dormir alguna vez en una casa distinta y cambie de alimentos varias veces; todo esto ayuda a que el perro sea estable, no tenga miedos exagerados.

Si un perro ya adulto es nervioso o asustadiso, representa un problema mayor: por un lado, es probable que requiera socializar más, por el otro, es posible que haya sufrido uno o varios traumas que le dificulten socializar. Así tenemos perros que no quieren salir de su casa, no quieren caminar en el parque o no quieren que su amo se aleje un minuto de él en la calle. Todos estos problemas implican miedo, pero muchas veces los perros recurren a la violencia para comunicarse: gruñen para que no los saquen o atacan a cualquier otro perro que ven al salir; en general es miedo.

En general, lo ideal es detectar el trauma y atacarlo directamente: si tiene ataca a otros perros cuando sale y lo hace desde que lo mordieron en la calle, es que le tiene miedo a otros perros: lo más fácil hacerlo socializar con otro perro; idealmente con un perro muy tranquilo que le tenga paciencia o con una cría (muy pequeñita) a la que no ataque porque no la considere competencia.

Hay tres miedos intrínsecos en los perros (cada especie tiene miedos diferentes) que hay que cuidar, pues no dependen del perro, siempre que se trate de superar un trauma hay que fijarse que nada de esto los asuste más: miedo a la oscuridad, miedo a los lugares muy confinados o estrecho y miedo a los lugares resbaladisos.

Idealmente, siempre que se desee superar un miedo, es útil tener uno o varios perros que asistan; también es importante centrarse en superar el trauma (por ejemplo si tiene miedo al parque y lo logramos sacar, no es momento adecuado para enseñarle nada más).

domingo, 5 de diciembre de 2010

Jerarquía canina, ¿qué hacer?

Un problema frecuente con los perros, es que por falta de reglas claras o tiempo de las personas que viven con ellos, desarrollan problemas de jerarquía. En la naturaleza, los perros viven en grupos familiares muy numerosos ( de 5 a 20 animales) y para ello necesitan reglas muy claras.
Los perros no son democráticos ni participativos, no son demasiado tolerante a los débiles ni considerados con los de poca jerarquía; esto no es maldad, es simplemente una adaptación para sobrevivir; pero en una familia humana puede representar un gran problema, pueden morder a los niños o a los invitados; montárlos u orinarse, todo esto es tremendamente desagradable y peligroso y hay que evitarlo o correguirlo.

En general, sólo se necesita un liderazgo claro para que los perros obedezcan, es necesario ir desarrollando el liderazgo al tiempo que el perro crece. Para llevar un buena relación con un perro, hay que saber manejarlo, no siempre es bueno contratar a alguien que sepa entrenarlo; que el perro este entrenado es sólo la mitad, falta entrenar al humano.

Si el perro tiene problemas de jerarquía, puede tener alguno de los siguientes signos:

Gruñe, muestra los dientes, o intenta intimidar, cuando alguien se acerca al espacio donde duerme.
Gruñe, muestra los dientes, o intenta intimidar, cuando alguien se acerca a él mientras está comiendo.
Gruñe, muestra los dientes, o intenta intimidar, cuando alguien agarra su jueguete y no se lo da (o juega con el perro) inmediatamente
Intenta montar a alguien
En presencia de muchos extraños se aparta y se pone a la defensiva.

Para corregirlo hay que hacer 2 cosas:
en el largo plazo, entrenarlo y reforzar el vínculo con el perro
en el corto plazo tomar alguna de las medidas sugeridas:

A) darle el alimento.
En la naturaleza, los perros de más jerarquía suelen alcanzar las presas y matarlas; cuando siguen a una presa, los perros de menos jerarquía la cansan, mientras los de más jerarquía esperan, hacen así, porque saltar sobre la presa es la parte más peligrosa y solo los alfa lo hacen, luego llegan todos los perros y lo ayudan. Esto comportamiento se puede usar para nuestro favor.
Lo primero que hay que hacer con un perro que tiene un problema de jerarquía (o rango) es darle de comer, es bueno tomar el alimento con las manos, para que coja nuestro olor, tambien es bueno darlo en puñados pequeños y siempre al mismo horario.
Supongamos que un perro coma 1kilo de alimento, lo que hay que hacer es darle un puñado al plato y quedarse viendo, cuando el perro empiece a comer, acercarse lentamente, luego acariciarlo y eventualmente empujarlo o quitarle la comida; esto no es maldad, estamos probando que tan tolerantes son a nuestro "rango" sobre ellos, idealmente no deberian siquiera molestarse. Lo importante de este truco es que apenas el perro de muestras de agresividad, simplemente no le damos comida hasta el siguiente turno; asi aprenderá a que debe estar calmado y se tolerante. No es dañino que un perro se salte un par de comidas o incluso no coma un día; el caso más difícil que he visto fue un perro que se mostró agresivo por 3 días y 3 días lo deje de hambre sin la menor pena; desde el cuarto día fue un gran perro y muy obediente, no tuve que golpearlo nunca.

B) sacarlo a pasear.
Probablemente la mejor forma de ganarte el "rango" para un perro sea que salgas con él. Cuando salen a la calle, hay cientos de cosas que pasan, ruidos, olores, gente, todos estos factores asustan o al menos desequilibran al perro. Si el dueño está al lado y se muestra controlado, el perro rápidamente se sentirá seguro con él. Es la mejor forma de ganar la confianza del animal y su respeto, pero a veces es algo dífícil de empezar (sobre todo si el perro ya tiene problemas y no se tiene mucha experiencia). idealmente todos los perros deberían salir al menos 1 vez a la semana por un periodo largo (digamos 2 horas), en este momento, es bueno hacer mucho ejercicio (si el perro está sano, claro) para un perro media, recomiendo ir en bicicleta y el perro a trote por 45 min.(si se cansa mucho, o las primeras veces, hay que bajar el ritmo cada 15 min para que se recupere un poco) es un buen ejercicio para el dueño y permite un desgaste apropiado para el perro. Si luego de esto lo alimentan y le dan agua, es virtualmente imposible que no los reconozca como sus líderes.