Un tema que causa controversia es si golpear o no a un perro, luego de años de escuchar a los medios diciendo que no se debe golpear a los niños y censurar a la violencia, golpear a un perro parece ser un tabu.
Ampliando el tema, es interesante notar que los perros son sólo una especia animal, comparándola con otra es más fácil tener un principio moral y práctico para decidir si golpear o no a un perro, en mi experiencia he notado que los caballos, como ejemplo, pueden darnos lecciones valiosas.
En la naturaleza los caballos difícilmente se golpean; incluso en las peleas entre potros para aparearse, la violencia es pequeña: hacen una serie de rituales para demostrar que son más fuertes antes de entrar en agresión, luego la violencia dura sólo por tres o cuatro patadas, antes que alguno de los dos se rinda. Los caballos no son violentos, comen plantas, viven en grupos inmensos tolerándose.
Los perros son otra historia, viven en grupos pequeños, suelen competir por el liderazgo de la manada, se enfrascan en peleas frecuentes, a veces diarias y grupales. Los perros alfa suelen poner orden a golpes antes de repartir el alimento, los cachorros juegan a enfrentarse como un medio para volverse fuertes y ágiles para la caza. Los perros sí son violentos, comen otros animales a los que tienen que matar y viven en grupos más pequeños.
Si un caballo no hace caso y se le golpea, es probable que se asuste, el dolor no es un medio por el cual se le suela reprenden en la vida natural, así que está poco acostumbrado a este. No obstante, es bastante "normal" golpear a un caballo cuando se monta, pues puede asociar el golpe a la acción que le transmite el jinete; de todas formas queda bastante claro para cualqueira que sepa de caballos que los golpes sólo pueden usarse en "pequeñas dosis", que tienen efectos limitados y no funcionan con una cantidad importante de caballos.
Si un perro no hace caso y se le golpea, se activan dos respeustas involuntarias, dos impulsos: rango y jugar. Si, los perros "drisfrutan" de una pequeña cantidad de golpes físicos; una palmada, algo más fuerte de lo que puede parecer "razonable" para un humano puede estimular a un perro a jugar por extraño que parezca. Pero además los golpes generan impulso de rango: o bien provocan al perro a saltar y pelear porque el agresor tiene menos rango y "hay que ponerlo en su sitio" o bien provocan disciplina porque el agresor "tiene más rango que él".
Así las cosas, es más fácil entender cuándo y porque usar los golpes en los perros: Sólo para jugar o hacerle notar el perro que debe obedecer. El golpe no es la orden y no se deben confundir, el golpe se usa cuando el perro no ha hecho caso "sólo porque no lo desea" y uno está convencido que ha entendido bien la orden. Si un perro sabe la orden de "quieto", la ha aprendido y validado en muchas circunstancias y un día no obedece, a sabiendas que la escuchó fuerte y claro, es porque no ha deseado obedecer, es decir, ha pensado que no hay porque obedecer a quien la dio. En este caso, lo mejor es golpear al perro, o por lo menos obligarlo a ejecutar la orden con los medios que sean necesarios.
¿Qué pasaría si en la naturaleza un perro no obedeciera el "plan de caza" y por su culpa fallara la cacería? pues probablemente todos los demás perros tomarían represalia, asi de simple y no es maldad, es evolución, si las cosas no fueran así probablemente ninguna manada lograría conseguir suficientes alimentos para sobrevivir. Ahora bien, "golpear al perro" es relativo al perro y al dueño: hay dueños que tienen una voz tan potente que un simple grito puede ser suficiente para que el perro no vuelva a desobedecer en su vida; hay perros muy "duros", es decir que ignoran cualqueir experiencia negativa y el mismo grito les dura 5 minutos. En definitiva lo importante no es cuánto golpear al perro sino hacerle entender que NO puede desobedecer NUNCA. La rigidez es importante y valiosa: los perros tienen que obedecer siempre! imaginen lo que pasaría con un perro que ve a un niño de un año correr, piense que es su presa y desobedezca la orden de "quieto" o quiera cruzar la calle cuando pase un auto y desobedezca la orden "quieto". Aunque las ordenes no se usen casi nunca, los perros deben saberlas y estar entrenados para aceptarlas a rajatabla.
Ahora bien, existen dos casos más por los cuales se podría golpear a un perro:
Jugando, no es necesariamente malo ser un poco brusco, pues los perros son bruscos también, ahora bien, hay que tener cuidado de no ser demasiado brusco jugando porque el perros podría volverse demasiado brusco o bien sentirse.
Cuando hay problemas de rango, si un perro cree que es demasiado importante (demasiado rango) o bien lo contrario (es un pelele escurridizo) la violencia "puede" ser un camino a corregir el problema:
Un perro (sobre todo si es cachorro, de un año o menos) que tiene demasiado rango es como un niño muy mimado, gruñe por todo y es inestable, en estos casos la disciplina es lo más adecuado, pero en ocasiones no dan tiempo a controlarlos: imaginemos que nos regalan un rottweiler de 10 meses agresivo y tenemos 3 niños en casa... Yo no correría riesgos y en el instante en que haga el primer insignificante gruñido a uno de los niños le daría tal pateadura que nunca más lo piense. Situaciones tan extremas son improbables, pero pueden ocurrir.
En contraposición, un perro con muy poco rango puede ser un problema, si tenemos 2 perros y uno no come, para herido (porque el otro lo golpea), llora y demás, la violencia, por ilógico que parezca, puede ser una solución. Nuevamente, no es el mejor camino, yo recomendaría socializar al perro gradualmente con pocas personas y en espacios reducidos, pero podrían darse casos en los que no haya tiempo o posibilidades, en estos casos si se asusta a perro (la violencia es necesaria más que los golpes) hasta el punto que piense que puede morir, es casi seguro que aflorará el lobo que lleva dentro y el problema del rango se acabó. Funciona un 50% de las veces y es bastante agresivo, pero es un camino.
Descontando estos dos casos muy puntuales (juego y rango) y lo comentado arriba, no veo NUNCA necesidad de golpear a un perro; aún así cuando he entrenado perros me he visto en la situación de golpear varios varias veces.
